Traumatismos de la cara

Los traumatismos faciales representan una patología con características especiales y diferentes de aquellos otros traumatismos o fracturas que pueden acontecer en el resto del organismo.

Las fracturas de los huesos de la cara ocasionan problemas tanto desde el punto de vista estético como funcional. La fractura del maxilar superior o de la mandíbula ocasiona una alteración entre la relación de los dientes superiores e inferiores (alteración de la oclusión dentaria) que puede acarrear serias complicaciones (dificultad para la masticación, dolores, problemas en la articulación temporo-mandibular…) si no se realiza una perfecta reducción y estabilización de la fractura.

El tratamiento y la prevención de lesiones lesiones maxilofaciales, abarca todas las lesiones en la boca, la cara y la mandíbula. Casi todo el mundo ha experimentado una lesión, o conoce a alguien que lo ha hecho. La mayoría de las lesiones maxilofaciales son causadas por un accidente deportivo, accidentes automovilísticos, accidentes en el trabajo, un acto de violencia o un accidente en el hogar.

El tratamiento de lesiones en la cara

Uno de los tipos más comunes de lesiones graves en la cara se produce cuando los huesos están rotos. Las fracturas pueden involucrar a la mandíbula, maxilar superior, paladar, mejillas, cuencas de los ojos y las combinaciones de estos huesos. Estas lesiones pueden afectar a la vista y la capacidad de respirar, hablar y tragar. El tratamiento a menudo requiere hospitalización.

Los principios para el tratamiento de fracturas faciales son los mismos que para la fractura de un brazo o una pierna. Las partes del hueso deben estar alineadas (reducidas) y se mantiene en posición el tiempo suficiente para permitir tiempo para sanar. Esto puede requerir seis o más semanas, dependiendo de la edad del paciente y la complejidad de la fractura.

Cuando las fracturas maxilofaciales son complejas o extensas, se requieren múltiples incisiones para exponer los huesos y una combinación de cableado o técnicas de recubrimiento puede ser necesaria. La técnica de reposicionamiento utilizado por el cirujano oral y maxilofacial depende de la ubicación y la gravedad de la fractura. En el caso de una fractura en el maxilar superior o inferior se pueden sujetar aparatos de metal a los dientes para mantener los maxilares juntos. Los pacientes con pocos o ningún diente pueden necesitar prótesis o férulas construidas especialmente para alinear y fijar la fractura. A menudo, los pacientes que sufren fracturas faciales tienen otros problemas médicos. El cirujano oral y maxilofacial coordinará su tratamiento con el de otros profesionales de forma interdisciplinar.

Durante el periodo de cicatrización cuando los maxilares están cerrados mediante aparatología, el cirujano oral y maxilofacial prescribirá dieta líquida o blanda, que ayudará al proceso de cicatrización. Después de salir del hospital, el médico proporcionará instrucciones al paciente y revisiones periódicas.

Protectores bucales

Los nuevos materiales sintéticos y los avances en la ingeniería y el diseño han llevado a que los protectores bucales sean más resistentes a la vez que livianos para permitir a los usuarios respirar con facilidad. Es preferible un protector bucal diseñado por dentistas y personalizado para cada paciente, a los protectores bucales tradicionales con un diseño estándar que se calientan y se muerden.

Un protector bucal debe ser evaluado desde el punto de vista de la retención, confort, capacidad de hablar y respirar, resistencia al desgarro y la protección que proporciona en los dientes, las encías y los labios.

Hay cinco criterios a considerar cuando se está preparado para un protector bucal.El dispositivo debe ser:

  • Que su colocación no desalinee la mandíbula
  • Ligero
  • Fuerte
  • Fácil de limpiar
  • Debe cubrir la parte superior y / o bajar los dientes y encías.