El proceso es el siguiente: colocamos el implante en el hueso. Tras un tiempo de consolidación, descubrimos el implante y añadimos una corona de cerámica exacta al diente que perdió. No es necesaria ninguna otra cirugía si el hueso que sujeta el implante está en óptimas condiciones.
Resultado: un diente de aspecto y función igual al original. El implante precisa los mismos cuidados que un diente normal: cepillado diario, hilo dental e higienes periódicas.
Tras la operación podemos esperar cierta inflamación de la encía, que desaparece en pocos días. Si la boca se conserva sana, los implantes dentales tienen una duración potencialmente ilimitada.
De especial interés para el paciente:
“Implantes de carga inmediata” dientes a las horas de la intervención.
SYMPLANT PLANNER: Programa informático que permite visualizar tridimensionalmente el escáner del paciente con todas las ventajas que ello supone, entre ellas, hacerse una idea exacta de los maxilares del paciente y planificar el tratamiento más adecuado.